La vida es...

La vida es un regalo divino, no un préstamo humano.

sábado, 4 de junio de 2011

Nuestra querida y gran especie (12 de Marzo de 2011)

Bueno, ¿Qué le pasa a la tierra? Yo no sé, pero es la pregunta que muy en el fondo cada uno de nosotros se estará haciendo, pese a todos los mecanismos racionales de evasión que podamos inventar.  El tsunami aquel que mató a tanta gente, el tsunami que acaba de pasar en Japón, terremoto en China, el más reciente en Japón, Haití, Chile etc. También no sé si recuerdan en el 2010, cuando aquel volcán de Islandia empezó a arrojar cenizas y paralizó los vuelos de Europa. Los cambios en el clima, ¿Recuerdan las inundaciones del año pasado en varios de países? Todo en muy poco tiempo.  Estas últimas revoluciones populares (Túnez, Egipto, Libia) estallidos sociales de tipo “Revolución francesa” orquestados a través de redes sociales.  No sé si se han dado cuenta, pero ya estamos por pasar la cuarta parte del 2011, vamos a entrar al cuarto mes. ¿Rápido?  ¿Han tenido ustedes conciencia completa de Enero, Febrero y Marzo?  Los pequeños temblores, cada vez más frecuentes en Panamá capital, y el calor insoportable.  Tal parece que tierra y humanos, estuviéramos pasando por un acontecimiento progresivo crónico. ¿Qué tan conscientes estamos de ello, o seguimos pensando que son acontecimientos aislados?

Hay una explicación muy coherente para todo esto, como me han dicho algunos familiares.  Ahora hay Internet y la gente puede filmarlo todo, y comunicarlo todo casi instantáneamente.  Cada cosa “se pega” a la red, los teléfonos, las casas, la televisión inclusive.  Tal vez por eso hemos estado siendo testigos de eventos mundiales casi simultáneos, perfectamente naturales, que antes (por el atraso de la tecnología) nos llegaban tan en diferido que perdían importancia.  Ahora no, ahora hay un terremoto en Japón y toda América queda en alerta de tsunami.  Eso es bueno, porque por primera vez en la historia humana, estamos entendiendo que la humanidad es una sola nación.  Es decir, si varios de los reactores afectados en el terremoto de Japón explotasen… (Dios no quiera) gran parte de la tierra quedaría dañada ¿Nos afectaría en Panamá?  La tecnología ha acortado distancia y nos está ayudando a entender que SOMOS UNO, ¡BIEN!   Quizás por eso el tiempo nos parece tan corto, por el continuo y casi patológico bombardeo de información, en que vivimos sumidos (el lado malo del asunto)   

Por otro lado empieza la gente con lo del fin del mundo, ya sea por invasión extraterrestre, por un proceso natural de la tierra, porque el planeta será impactado por un cuerpo del espacio, o por una conspiración ENORME entre gobiernos de las potencias terrestres y representantes extraterrestres.  Desde otro lado brotan las teorías apocalípticas de los religiosos, sobre el fin del mundo.  También el asunto de los conservacionistas, con relación a la contaminación global y la existencia humana como una especie de cáncer para la tierra.  Y desde luego, el siempre eterno miedo a una enorme guerra mundial que pueda destruir al planeta y la especie.  El 2012 es la nueva histeria colectiva, la nueva psicosis planetaria, el nuevo Y2K (recordando el final del milenio y el supuesto colapso electrónico en que caerían todas las computadoras) El 2012 se ha convertido en una especie de marca publicitaria, un logro más de la muy lucrativa empresa del miedo, del terror.  Pero a diferencia del año dos mil, ahora sí parece que algo le estuviera pasando a la tierra, que pudiera afectar negativamente a nuestra especie.

¿Qué yo pienso?  Primero he de enfocar al planeta como a un ser vivo y a la humanidad como a otro ser vivo. La vida de la especie humana en comparación a la vida del planeta, es bastante más corta.  Luego, ¿Cómo podríamos percibir al planeta como a un ser vivo? el cerebro humano es tan limitado que para romper esta diferencia de “tiempo vivido” entre especie humana y planeta, nos quedamos cortos.  Es decir, somos totalmente incapaces de percibir al planeta como percibiríamos a otro humano.  Lo vemos como a una roca muerta que podemos pisar, o lo vemos como  un bonito lugar donde situar nuestro trasero, orina, excremento, basura, radioactividad etc. (un tinaco gigantesco)  Es el mismo problema que presentaría un ácaro en la piel, al intentar “concebir” al ser que lo porta.  Cuando uno se rasca, tal vez se lleve algunos ácaros en la uña.  Ahora puede que el planeta se esté rascando, o puede que el portador esté mudando la piel (digamos que fue a la playa y se quemó un poco)  Lo primero es producto de nuestra acción (un ácaro que picó demasiado, una uña que lo arrancó) lo segundo ya es un proceso natural del portador (el planeta) afectando a su huésped (la especie humana) 

¿Qué está ocurriendo? tal vez lo supiéramos de haber establecido una relación más cordial con nuestro anfitrión, el planeta.  Nos hemos dedicado a hacer armas de destrucción masiva, a inventar drogas, viajar a la Luna pero ¿Conocemos al planeta, podemos comunicarnos con él (fuera de cantarle a una planta mientras la regamos)? Digo, tiene que haber alguna relación, alguna forma de comunicación entre el planeta y cada ser humano que lo habita, de lo contrario, Dios no nos hubiera puesto sobre él.  El problema es que ¡NO LA CONOCEMOS!  Nos hemos acostumbrado a ver a la Tierra, como a una fuente inagotable de todas nuestras pendejadas, no así como a un ser vivo.  Ahora nos da terror saberla viva, aún más nos aterroriza la idea de saberla disgustada o enferma, porque hemos sido tremendamente ingratos con ella.  La tierra está sufriendo MUCHO, hace poco tuve la oportunidad de percibirlo y pasé veinte minutos tirado en el piso sin poder moverme, porque sentí mis músculos de la pierna derecha tan torcidos, que creí que me iban a partir los huesos.  El espasmo fue tal, que descubrí músculos que no sabía que tenía en mi pierna.  

El ser inteligente que llamamos “hombre”, como lo he escrito en artículos anteriores, es un tipo muy desorientado.  No se entiende a sí mismo, no entiende a los demás y ni siquiera entiende el lugar donde está.  Vive exigiendo respuestas a preguntas mal formuladas, y se responde él mismo equivocadamente.  Está en constante guerra consigo mismo, con los demás y con lo que le rodea, culpando a todos/todo de lo que le ocurre, sin poder ver sus propios errores y siendo terriblemente dañino.     Como he mencionado en otros artículos, nos hemos abusado tanto los unos a los otros, que hemos creado una conciencia colectiva enferma, deprimida, sicótica, tendiente a la autodestrucción.  Sabemos que no hemos hecho bien las cosas, llevamos eso por dentro, reventamos con el de al lado y el peso sigue creciendo, reventamos contra lo que nos rodea y el peso sigue creciendo, por último terminamos reventando contra nosotros mismos para que el peso no crezca más.  Eso se llama depresión con tendencia al suicidio; para efectos de esta sociedad y la especie humana, me refiero a la AUTODESTRUCCIÓN.  Fantasía sicótica que nuestra prodigiosa humanidad, ha generado al convertirse en víctima de su propia actitud. Así como un maníaco-depresivo  tiene que consumir drogas medicadas para no matarse, esta sociedad vive drogándose con todo tipo de substancias o situaciones (alcohol, drogas, sexo, televisión, trabajo) para no autodestruirse.  Ya no nos calma siquiera atacar a Dios, sino que ahora lo negamos y, desde luego, hemos negado toda su creación, incluyéndonos como especie.   

Para colmo, la idea absurda de traer a un ente intergaláctico mucho más poderoso, que nos someta y castigue, para luego inventarnos otro ser intergaláctico aún mucho más poderoso que nos libere (ni siquiera en la fantasía, podemos ser responsables de nosotros mismos)  Inventamos ideas, historias, cuentos para castigarnos y liberarnos a nosotros mismos de nosotros mismos.  Es una terrible y constante alienación que estamos viviendo como especie, para no tomar responsabilidad sobre nuestra propia existencia, ni sobre el lugar que nos acoge.  Ahora esto se nos sale de control, ya no parece otra de nuestras fantasías de fin de mundo.  Empezamos a percibir que en cualquier momento la vida borrará a nuestra especie, haciendo surgir otra que funcione mejor (si es que ya no lo ha hecho, y nosotros estamos viviendo el residuo de los días)  El problema de tener un EGO tan grande como especie, es que, mientras fantaseamos finales estrambóticos y gloriosos, perdemos el contacto con la realidad.  Es preciso madurar y entender que el universo jamás ha girado alrededor nuestro, en otras palabras, no le somos imprescindibles.  Sólo somos imprescindibles para nosotros mismos, pero eso tampoco lo entendemos (porque seguimos matándonos los unos a los otros)

Yo no sé qué le pasa al planeta, son tantas las cosas que dicen y otras tantas que pudieran ser realmente….  No sé si de verdad existen terribles conspiraciones, yo no sé si los extraterrestres vienen, viven aquí o están de paso.  Yo apenas estoy empezando a descubrir que vivo inmerso en una décima parte, de la realidad que me rodea y da vida.  En cierta forma, me aterra reconocer las otras nueve partes.  Pero algo me está diciendo que si no empiezo a interesarme por ese mundo, tarde o temprano ese mundo va a dejar de interesarse en mí y en mi existencia. Quiera Dios que semejante cosa,  no le ocurra a nuestra especie.  Sin embargo, es recomendable tener algo de prudencia, es decir, si no entendemos qué pasa, ni por qué pasa, más vale tomar una o varias precauciones. Si ha pasado en Haití, Japón, Chile, Indonesia, puede que ocurra en Centro América y puede que afecte a Panamá.  No por alarmismos, sino por sentido común, hay que estar preparados para cualquier cosa.  Escucho a muchas personas diciendo que Panamá es tan débil y vulnerable, que pase lo que pase no hay cómo defenderse.  Bueno, yo considero que desde el momento en que nos dieron la vida, la responsabilidad era vivirla, no dejarse morir.

En consecuencia, hay que estar pendiente.  Y sobretodo, ir buscando la forma de regresar a Dios, empezando a ser más espiritual (cada cual en su creencia)  Definir lugares “seguros” en nuestra residencia, establecer un almacén de comida (preservadas) agua, medicinas y útiles de primera necesidad.  Definir dos vías de evacuación, una principal y otra alterna.  Tener una/dos maleta/s mediana/s con alimentos en conserva, medicina y útiles de supervivencia.  Establecer planes de desalojo, instruir a los menores y dependientes, cada uno en su rol y ensayarlo.  He querido hacer más útil este correo, por lo cual adjunto una guía de supervivencia que repartían en Japón antes de que ocurriera el terremoto.  Está en inglés, espero les sea de provecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario